El Peloponeso, península del sur de Grecia, recibe su nombre del joven Pélope. Según cuenta la leyenda, su padre lo descuartizó, coció y sirvió a los dioses inmortales, quienes, al darse cuenta, devolvieron la vida al muchacho. Hasta finales del siglo XIX, la «isla de Pélope» estaba unida a la Grecia continental a través del istmo de Corinto, una estrecha franja de tierra. Entonces el gobierno griego abrió un canal que separaría la península definitivamente del continente, si no fuera por la autopista o las vías del ferrocarril que unen Atenas con Corinto. Los puertos de la antigua Corinto atraían marinos de distintos lugares del mundo. Actualmente, en la acrópolis de esta ciudad se observan ruinas que tal vez pertenecieron a un templo dedicado a Afrodita, la diosa del deseo. Al sur, la Argólide fue el territorio donde floreció la civilización micénica. Sobre todo en Micenas, en cuya ciudadela se encuentra la célebre Puerta de los Leones. A través de ésta se accedía al centro neurálgico de aquella sociedad de guerreros que, según la leyenda, conquistaron Troya. Tras recorrer unos 25 kilómetros a través de un paisaje de suaves colinas se llega al teatro de Epidauro. Sobresale su espectacular anfiteatro, el más famoso de los conservados en Grecia. Y para dejarse llevar por una de las islas más pintorescas del Mediterráneo, nada mejor que Hidra, donde el burro es el principal medio de transporte en este lugar cerrado al tráfico rodado. El recorrido por la península del Peloponeso concluye con la visita a las ciudades bizantinas de Monemvasia y Mistra, y Olimpia, lugar que vio nacer la llama olímpica.
A tener en cuenta
Los ciudadanos de la Unión Europea pueden viajar a Grecia con el documento nacional de identidad. El idioma es el griego y la moneda el euro. El huso horario es una hora más que en la Península Ibérica.
Las mejores épocas para viajar son primavera y otoño, con temperaturas cálidas, aunque menos calurosas que en verano, cuando los termómetros llegan hasta los 400 C.
Cómo llegar
Desde Madrid y Barcelona, varias compañías –algunas de bajo coste– vuelan regularmente al aeropuerto de Atenas; en temporada alta también operan vuelos chárter. Desde el aeropuerto de Atenas se puede continuar hasta Corinto, la capital del Peloponeso, con líneas regulares de autobuses (www.ktel.org), aunque la opción más cómoda es alquilar un coche –Atenas y Corintio están a 82 km de distancia–. Por vía marítima hay servicios de transbordadores que zarpan desde el puerto de Pireo, junto a Atenas, y llegan a diversos puertos del Peloponeso (Gytheion, Hermioni, Kithira, Methana, Monemvasia y Puerto Heli). Por tren hay conexiones desde Atenas, pero son lentas y menos frecuentes (www.ose.gr).
Cómo moverse
El coche es la mejor opción para viajar por libre. Hay empresas de alquiler en aeropuertos y ciudades. Desde Corinto existen buenas carreteras que unen las principales localidades del Peloponeso; otras secundarias pueden tener un trazado sinuoso, pero atraviesan rincones llenos de encanto. Desde Corinto sale un servicio de autobuses que conecta muchas localidades.
Entre Corinto y Epidauro se encuentra el pueblo de Kalavryta, de donde sale un tren cremallera que recorre 22 km de la costa del Peloponeso, bordeando acantilados y cruzando ríos y desfiladeros.
Alojamiento
La oferta en el Peloponeso es muy amplia y diversa. Incluye desde hoteles de lujo en algunas ciudades hasta apartamentos y habitaciones en casas privadas y rurales. Para consultar los alojamientos disponibles y realizar reservas con antelación: www.greek-tourism.gr/hotels.htm y www.grhotels.gr.
Gastronomía
Aceite de oliva, verdura, pescado, cordero, queso y yogur son los ingredientes básicos de la gastronomía local. Además, el vino griego y el pan de pita están presentes en todas las comidas. Algunos platos propios del Peloponeso son la moussaka (berenjena y carne picada), el souvlaki (brocheta de cordero), la ensalada horiatiki (tomate, lechuga, pepino, queso feta y aceitunas) y los dolmades (hojas de parra rellenas de carne o verdura).
Artesanía
Objetos realizados con cerámica y cobre, joyas, telas con encajes y pieles o confeccionados en algodón –las famosas camisas griegas–, marionetas y vino son las principales compras artesanas del Peloponeso.
Las visitas principales
Corinto. Las ruinas de la antigua Corinto se hallan a 7 km de la ciudad actual. Se conservan restos de los templos de Apolo y de Afrodita, y del Acrocorinto, la antigua fortaleza.
Micenas. Las ruinas de la capital del antiguo imperio micénico son Patrimonio de la Humanidad.
Epidauro. A 30 km de Nauplia, la ciudad conserva un teatro griego en muy buen estado que, en verano organiza el Festival Helénico con obras de teatro clásico y contemporáneo.
Isla de Hidra. Sus lugares de interés son el pueblo de Hidra, el monasterio ProfitiIlias, y las playas de Mandraki, Vlyhos, Bisti yKamini. No está permitido el tráfico rodado en toda la isla.
Monemvasia. La ciudad de Geyfra es el acceso a esta ciudad bizantina. Conserva varias iglesias y la fortaleza. Vale la pena visitar el museo arqueológico.
Mistra. Esta magnífica ciudad-fortaleza del antiguo imperio Bizantino conserva iglesias, palacios y murallas. Las ruinas se dividen en tres partes: la fortaleza (kastro), la ciudad alta (hora) y la ciudad baja (kato hora).
Olimpia. Aunque se conservan pocos edificios, quedan restos del gimnasio, el hipódromo, la palestra, el estadio y los templos de Zeus, Hera y Rea.
Vestigios arqueológicos
A 7 km de Corinto se halla Palea Corinthos, el yacimiento de la antigua capital, donde se contemplan el ágora, la fortaleza y los templos de Apolo, Afrodita y del Acrocotinto.
En Micenas, 80 km al sur, se sitúan las ruinas de la capital del imperio Micénico (1600-1200 a.C.), declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Este recinto amurallado conserva la Puerta de los Leones, tumbas reales, la Cisterna Secreta, el Tesoro de Atreo y el palacio de Agamenón.
A 30 km de Nauplia, se erige el Teatro de Epidauro, Patrimonio de la Humanidad (1988). Es el recinto de la Antigüedad con mejor acústica, y cada verano lo demuestra durante el Festival Helénico de teatro.
En el nordeste del Peloponeso está Olimpia –Patrimonio de la UNESCO en 1984–, cuna de los Juegos Olímpicos; se conservan templos, el estadio, el gimnasio y el hipódromo.
Los vestigios bizantinos se sitúan en el sur: en Mistra, un conjunto monástico del siglo XIV; y en Monemvasia, con iglesias y palacios.
Estos yacimientos tienen un museo propio y se recorren con visitas guiadas (www.grecotour.com).
Actividades
El descanso junto al mar y la navegación son otros alicientes del Peloponeso. Las mejores playas se agrupan en la costa occidental, entre los pueblos de Kyllini (al norte) y Kiparisia (al sur). En la península de Mani, en el sur del Peloponeso, existen numerosas cuevas abiertas al público. La más impresionante es la gruta de Diros, con un lago subterráneo que se recorre en barco. Otro atractivo de Mani es la localidad de Esparta, una poderosa ciudad en la Antigüedad que conserva algunas ruinas y que es el punto de salida de rutas senderistas por las montañas de la zona.
Bibliografía
Guías:
Trotamundos de Grecia y el Peloponeso. Ed. Salvat, 2005.
Grecia. Ed. GeoPlaneta, 2006.
Más información
Oficina de Turismo de Grecia en Madrid: c/. Quintana, 2.
Tel. 915 484 890.
Web:
www.greek-tourism.gr/peloponese/indexuk.htm.