Se correrá por segundo año en tierras sudamericanas, luego de ser expulsados de África ante las supuestas amenazas de atentados terroristas.
Hoy, con el paso de los 375 pilotos por la rampa de largada, ubicada frente al Obelisco, arranca el Rally Dakar Argentina – Chile, que se correrá por segundo año en tierras sudamericanas, luego de ser expulsados de África ante las supuestas amenazas de atentados terroristas.
Para esta edición habrá 125 participantes, menos con relación al año pasado, que a decir de Etienne Lavigne máxima autoridad del rally, es buena tomando en cuenta el trajín que se debe realizar para venir a América del Sur.
La salida será desde el parque cerrado de La Rural, ubicado en el barrio de Palermo, donde las máquinas pasaron las últimas revisiones técnicas y administrativas. Desde ahí se dirigirán hacia el emblemático monumento de Buenos Aires.
El recorrido, que no será cronometrado, será luego por la autopista hasta llegar a Colón, al norte de la capital argentina. Desde esa localidad arrancará la competencia con destino a Córdova, provincia ubicada en el centro del país.
La Rioja y Catamarca serán los otros trayectos en Argentina, antes del pasar a Chile, donde atravesarán Copiapó, Antofagasta, Iquique, La Serena y Santiago. El retorno será por San Juan, San Rafael, Santa Rosa y Buenos Aires, en esta última culminará la competencia el 17 del presente mes.
La participación de los argentinos es mayoría, con 45 pilotos inscritos en motos, cuatriciclos, autos y uno con camión, impusieron un nuevo record, ya que en el 2009 estuvieron sólo 13 competidores gauchos.
Los grupos ecologistas de Argentina y Chile mantienes su desacuerdo con la competencia, alegan que causará daños irreparable a tesoros arqueológicos y naturales en ambos países.
Luis Mariano Rendón, coordinador de Acción Ecológica de Chile, aseguró que el Rally Dakar 2009 dañó tres sitios arqueológicos, mientras que en Argentina, la Fundación para la Defensa del Ambiente solicitó se impida la carrera porque según ellos los organizadores no obtuvieron autorizaciones oficiales para realizarla.Sin embargo, las ganancias económicas y la promoción turística que obtendría cada país se antepone a la preocupación de los ecologistas. Para tener una idea, en Buenos Aires está reservado el 83 por ciento de los hoteles cinco estrellas y el 90 por ciento para los de cuatro estrellas.
Publicado en el MERCURIO DE ANTOFAGASTA