Según consta en el tímpano de la puerta que, abierta en el brazo norte del transepto, daba paso al cementerio de la comunidad, fue comenzada el 18 de mayo de 1218 por Gualterio, maestro que había trabajado anteriormente en otros monasterios cistercienses del reino de León (Sandoval y Gradefes), siendo terminada en sus líneas básicas a fines del XIII. | |||
Única construcción medieval del monasterio que ha llegado a nuestros días de forma íntegra, responde a planteamientos estilísticos -sobriedad decorativa y pureza de líneas- preconizados de la Orden, destacando el empleo de soluciones arquitectónicas todavía románicas en una época tan avanzada, como son la cabecera de capillas semicirculares cubiertas con bóvedas de cañón y de nervios o las arquerías de medio punto que separan las tres naves, combinadas, eso sí, con bóvedas de crucería en transepto y naves. | |||
Orientada al este, presenta una planta de cruz latina con tres naves de cinco tramos, un transepto ligeramente destacado también de cinco tramos y cabecera integrada por tres ábsides escalonados y semicirculares precedidos de un tramo recto. Fue construida casi por completo en piedra sillar bien labrada y escuadrada, aunque se empleará también mampostería para las bóvedas de cañón de las capillas y la parte media de los muros de cierre de las naves laterales. Las capillas laterales conservan las mesas de altar primitivas integradas por aras rectangulares sostenidas por un pilar central y cuatro columnillas en los ángulos; el altar mayor reaprovecha piezas de la época descontextualizadas. | | ||
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| | A los pies de las naves se levanta el coro alto, obra de Francisco de la Haza y Hernando de Portilla (ca.1587-1591). En él se sitúa una sencillísima sillería de madera de nogal realizada por Francisco y Juan González y Juan de Berros (ca.1589-1591), modificada para instalar en el sitial del abad un camarín de la Virgen, encargado al escultor Francisco de Nava y pintado por Francisco Reiter hacia 1758-1759; y un balcón con un magnífico órgano, obra del maestro organero Alejandro Brache y del taller escultórico de Antonio de Borja (1713). El sotocoro se cierra hacia el resto del templo mediante una reja de hierro forjado (1777). | |
A la segunda mitad del siglo XVIII corresponde la mayor parte del mobiliario litúrgico del templo. En 1750 se contrata con el maestro arquitecto Manuel González Manjoya la obra del retablo mayor, dedicado a la Asunción, si bien no estaría rematado hasta 25 años más tarde, participando en su etapa final los ya mencionados Francisco de Nava y Francisco Reiter. | |||
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En el banco, en torno al tabernáculo, vemos dos dos relieves con escenas de la vida de San Bernardo: la aparición de San Benito, San Lorenzo y La Virgen durante una grave enfermedad, | y el viaje de San Bernardo durante el cual obliga al diablo a servir de rueda del carromato en el que viajaba por haber roto la otra. | ||
En el cuerpo principal, la titular, y a sus lados San Esteban Harding y San Alberico, fundadores de la Orden del Císter; y en el cascarón, tres santas cistercienses, sólo identificada la central, Santa Lutgarda. | |||
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De los retablos de las capillas laterales sólo permanece el de la norte, en origen bajo la advocación de la Concepción, obra de Francisco de Nava (1762-1763). A este mismo escultor y a las mismas fechas pertenecen los curiosísimos grupos ecuestres del crucero, en los que se representan a Alfonso IX –fundador del monasterio-, Fernando III –su gran benefactor -, Raimundo de Fitero y Diego Velázquez –fundadores de la orden militar de Calatrava-, siendo todos pintados por Francisco Reiter. | Solo se conservan tres de las mesas de altar y retablos que se adosaban a cada uno de los pilares exentos de las naves: el de San Blas y los de Santiago matamoros y las Santas Vírgenes, reaprovechando estos dos últimos relieves de retablos de finales del siglo XVI realizados por Andrés González (1587-89).
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| El balcón de enfermos y ancianos que se abre en el brazo sur del transepto fue construido en 1795. | ||
La fachada occidental del templo presenta tres puertas correspondientes a cada una de las naves, la central mucho más importante que las laterales, tanto por su tamaño como por su riqueza decorativa, debiendo hacer notar que su tímpano con restos de pinturas que representaban la escena de la Asunción de la Virgen, son obra del siglo XVIII. Esta zona del templo quedó parcialmente oculta por la construcción de un pórtico, obra de Andrés de Verrendón (1688). A la misma época y autor corresponde la puerta de entrada al monasterio, mientras que la construcción adosada al flanco norte del templo, la “sala capitular nueva” y librería, fue construida ya a finales del tercer cuarto del siglo XVIII. Informacion recopilada de http://www.valdedios.org/ |