Viaje a Roma y Cerdeña
Tania,Jana,Marcos,Miriam,David y Monty
El pasado domingo día 5 de Septiembre, realizamos nuestro segundo viaje del año (el anterior fue a Perú): Roma y Cerdeña. Esta vez éramos más gente: seis concretamente; a saber: Miriam, Tania, Jana, David, Monty y un servidor. Salimos temprano de Gijón, en coche, hasta el aeropuerto de Santander. A las tres de la tarde cojimos el avión de la compañía Ryan Air y en hora y media aproximadamente estábamos en la capital italiana.
Roma, la Ciudad Eterna, una ciudad por donde los siglos no han pasado, y por donde no resulta difícil imaginarse en otras épocas pasadas. La que fuese otrora capital del mundo, es hoy una ciudad que no ha perdido ni un ápice de su encanto clásico, una Roma donde tras cada esquina nos espera algo distinto y sorprendente, un arco de triunfo, una columna conmemorativa o los restos de un antiguo templo, y todo ello en el marco de una gran ciudad, moderna y única en sí misma: Roma
El Coliseo es seguramente la imagen más típica de Roma, lo cual en una ciudad donde los monumentos y vestigios arqueológicos se cuentan por miles es mucho decir, y da muestras de la espectacularidad y grandeza de este imponente anfiteatro romano.
El Coliseo de Roma fue construido en tiempos del emperador Vespasiano, hacia el 70-72 DC, y tenía una capacidad para 50000 espectadores, lo que le convertían en el mayor de los anfiteatros, y es que tal capacidad pocos estadios la alcanzan incluso en la actualidad, por lo que se convirtió la viva imagen de la grandeza y el poderío del Imperio Romano en la época. En su interior se celebraban "juegos" de gladiadores, de fieras y representaciones teatrales, aunque con el paso de los siglos pasó a tener diferentes usos.
El Vaticano
Para los más despistados hay que aclarar antes de nada que el Vaticano es un estado independiente a pesar de lo que se pueda pensar al visitarlo, y es que el Vaticano se encuentra en pleno corazón de Roma, al este del centro, y sin duda es una referencia con mayúsculas entre los atractivos turísticos que podemos descubrir en la ciudad eterna. En lo concerniente al turismo, que es lo que nos interesa, el Vaticano presenta tres atractivos importantísimos que serán parte imborrable de nuestro viaje a Roma : La Plaza de San Pedro y su Basílica, y el Museo Vaticano (o más bien los Museos Vaticanos, al tratarse de varios museos en un mismo recinto). Estos tres elementos merecen un capítulo aparte, y concretamente al hablar del Museo Vaticano no se puede evitar hacer un aparte sobre una de las Maravillas del Mundo, la Capilla Sixtina, obra de Miguel Angel.
La Fontanade Trevi tiene sus orígenes hacia el año 19 AC, cuando se descubrió un manantial de agua pura muy cercano a Roma, lo que se atribuyó a la intervención de la virgen. Este manantial dió origen a la construcción de un acueducto en cuyo final, como era costumbre en la época, se construyó una fuente, la primitiva Fontana de Trevi. A lo largo de la historia se sucedieron las modificaciones en el diseño original de la fuente, y así arquitectos como Bernini, Salvi o Panini, el encargado de terminar la fuente y dejarla tal y como la conocemos ahora. La Fontana de Trevi es la mayor de las fuentes barrocas de Roma, y presenta elementos que recuerdan sus orígenes romanos (aunque su emplazamiento no era el actual, sino que se encontraba a unos metros de donde está), y es sin duda la fuente más conocida y mágica del mundo, y probablemente también la más impresionante y bella, a lo que contribuye la presencia justo detrás del Palacio Poli, presencia que hace que la imagen de de Fontana de Trevi sea realmente impresionante e inolvidable.
LA LEYENDA DE LA FONTANA DE TREVI
Existe una leyenda urbana que dice que todo aquel que lanza una moneda a la Fontana de Trevi (el ritual exige que se haga de espaldas, con la mano derecha y por encima del hombro izquierdo) acabará volviendo a Roma, y lo cierto es que no hay un solo turista que no cumpla con el ritual, hasta el punto que las monedas son recogidas todos los días y destinadas a la beneficencia (antes las recogían otros también a diario pero para su propio beneficio). Lo que no es tan conocido por los que visitan Roma es que si se lanzan dos monedas en vez de una se encontrará el amor en Roma, y si se lanzan tres monedas el que lo haga se casará en Roma.
Cerdeña
La isla de Cerdeña, Sardegna en italiano, se encuentra al sudoeste de Italia y está situada al sur de la isla de Córcega, quedando separada de ésta por el estrecho de Bonifacio. La paradisiaca isla consta de cinco regiones (Gallura, Sassarese, Nuoresse, Oristanese y Cagliaritano). Con un relieve montañoso, su pico más alto es el Gennargentu de 1834 metros, pero con importantes playas de agua cristalina. Una típica estampa mediterránea de cultura tradicional del mare nostrum. Durante toda su historia Cerdeña a estado en manos de muchos pueblos diferente por lo que contiene un importante patrimonio artístico, sus distintos pobladores fenicios, cartagineses, sarracenos y españoles han dejado huella en sus ciudades. En 1861 se anexionó al Reino de Italia.
El núcleo de población y capital de la isla recae en Cagliari, al sur de Cerdeña. La actividad económica de la región se centra principalmente en la ganadería y la agricultura, sobre todo cítricos y productos de la huerta. Aunque también aportan ingresos la pesca y la industria, sobre todo la química porque la isla cuenta con importantes yacimientos de zinc y plomo.
La artesanía se deja ver por toda la isla, a sus importantes cerámicas les acompaña las tallas de madera, la cestería y los tejidos elaborados al estilo tradicional en grandes telares. En la sección gastronómica destacan sus quesos con una variedad muy amplia (vaccini, ricotte, pecorino sardo, pecorino romano, molli de pecora, gioddu, fiore sardo y cannestrati) que abarca desde el fuerte hasta el suave para comer con miel, otro de los productos autóctonos. Con el vino sucede un tanto de lo mismo, tinto, rosado y blanco de buena calidad. Por supuesto, no falta la pasta como los tallarines y las lasañas. En definitiva, un buen lugar para pasar unas vacaciones tranquilas.
Alghero debe su nombre a la abundancia de algas marinas (alghe) en sus aguas circundantes. Era conocida como Algarium en la Edad Media, como Al Alguer y como Barcelloneta bajo el dominio español.
Los orígenes de Alghero se remontan al siglo X cuando los genoveses, con la ayuda de pisanos, expulsaron a los árabes y obtuvieron la concesión de la tierra con los Jueces de Logudoro, uno de los grupos de jueces que gobernaron Cerdeña durante la Edad Media. La Casa de los Genoveses de Doria tomó posesión de la ciudad a principios del siglo XII y se la mantuvieron hasta el año 1.353 cuando una flota catalana derrotó a los buques de Génova, cerca de Porto Conte, a las afueras de Alghero. Los alguereses se rebelaron en contra del comandante de la guarnición, matándolo. Los españoles respondieron enviando 12.000 hombres y 100 galeras para reprimir la revuelta. Se firmó un tratado y los habitantes originarios fueron obligados a abandonar sus hogares y a dejar la ciudad para ser ocupado por las familias catalanas. Más tarde, cuando Carlos V quiso utilizar la ciudad como base de operaciones contra los piratas saracenos, visitó Alghero y fue tan bien recibido por su pueblo que los proclamó a todos caballeros, una marca de distinción que aún se mantiene en lo que se refiere hoy por el alguerés. En 1713, cuando Alghero cayó bajo el dominio austriaco con el Tratado de Utrecht, España volvió a intentar tomar la ciudad una vez más, pero fue obligada por el Tratado de Londres a Cerdeña a ceder la Casa de los Saboya. Alghero no estaba muy preocupada por las nuevas influencias extranjeras, hasta que sufrió los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Por temor a una invasión de las fuerzas aliadas, los sardos construyeron búnkeres en lugares estratégicos de la ciudad que aún se mantienen hoy en día como triste recordatorio de Alghero otra vez en problemas.
La ciudad vieja se encierra tras las gruesas paredes de la fortaleza, alternadas solamente por torres solemne. La antigua ciudad con calles empedradas, estrechas y llenas de tiendas, están llenas de forma aleatoria y sin planificación aparente de diminutas plazas. La cúpula policromada de la iglesia de San Michele y la iglesia de San Francisco apuntan a la dominación de los aragoneses de la ciudad.
Los monumentos representan el estilo gótico-catalán.
La parte turística comienza en la Plaza de Porta a Terra, al margen oriental del casco antiguo que se extiende en la vasta zona verde de los jardines públicos donde se puede ver la estatua de Giuseppe Manno, un historiador de Alghero. El monumento fue realizado en 1894 por Pietra Canonica.
La calle San Francisco llega hasta el principal punto de encuentro, la plaza Sullis, donde la vista del mar es interrumpida por las impresionantes torres de Reial Espero y Sulis.
A lo largo de la costa y al final del Camino Colombo se encuentra la recién restaurada Torre de San Giacomo (San Jaume) al lado de la iglesia de Nuestra Señora del Carmelo desde el siglo XVI.
El paseo de Marco Polo se extiende más allá del baluarte de San Giacomo, característico por las estrechas aberturas que los cañones hicieron una vez. La playa se abre hacia el bonito panorama de las carreteras algueresas y la montaña que separa la ciudad de la entrada de Porto Conte. La cima de ésta se llama Capo Caccia.
La pequeña torre de Polveriera (o Santa Bárbara) es el antiguo bastión, donde la costa llega al extremo norte-oeste del promontorio y donde se encuentra la antigua ciudad. La costa gira hacia el este, acercándose a la parte superior de la torre de San Telmo. Desde donde es posible ver el muelle, el puerto y todo el paisaje mucho más al norte como la larga playa de San Giovanni, la pequeña isla de la Maddalena, Pantano Calic y las coloridas montañas de Nurra.
Continuando por el camino Magallanes y la costa, se encuentra el pasaje de paredes estrechas con una serie de arcos que parecen cerrarse en torno a antiguos muelles de la ciudad.
A continuación, entre el litoral y las paredes curvas, se llega a la cumbre a puertas abiertas al mar. Este es uno de los accesos a la ciudad histórica fortificada. A los lados se encuentran las impresionantes ruinas de la Fortaleza Maddalena, donde Giuseppe Garibaldi desembarcó el 14 de agosto 1855 como capitán del buque de carga "Il Lombardo".
Al entrar en la vieja ciudad, la visita comienza en la Plaza Civica (históricamente "Plaça de la Dressana"). Aquí los arcos medievales se apoyan en las paredes del Palacio de los Condes Serra di Sant'Elia, la Casa del Maestro de Ceremonias de Savoy y la iglesia desacralizada de Rosario desde el siglo XVII.